Quien contrata a un catering necesita seguridad y esta viene por el trabajo de planificación, es un esfuerzo arduo, donde programar las actividades inmersas dentro del proceso debe ser considerado como un arte. En este caso, el interés es que salga a la perfección y si ocurren dificultades, afrontarlas con compromiso, atención esmerada y buen tiempo de respuesta, debido a que son factores a estar presentes para cubrir todo a plena satisfacción.
Pero ¿cuál es la estrategia?, es imperioso tratar el evento como un proyecto, aunque se crea que las tareas a ejecutar en la organización son iguales para todas las reuniones, nada más lejos de la realidad. El proceso consiste en tener en cuenda el mínimo detalle, hay mucho por hacer y solo empresas con experiencia logran el cometido.
Ahora bien, es obvio que existan complicaciones, para solventar e ir siempre un paso hacia adelante, es posible que se divida en sub proyectos con responsables asignados, para tener un mayor control. Veamos un ejemplo para mostrar en detalle el argumento:
- Requerimiento
Realizar una reunión empresarial para doscientos cincuenta personas, el motivo, el aniversario de su fundación. Habrá comida, no obstante, antes de servirla es prudente la presencia de algunos aperitivos, como bebida se exige cocteles, refrescos y wiski.
- Proyecto
Para iniciarlo, es preciso definir lo siguiente:
- Identificación: es recomendable darle un nombre, esto lo hará más personal.
- Planificación: es vital detectar las tareas macros, es decir, las que resaltan por su importancia. En el ejemplo se pueden definir como: decoración, comida, bebida, entre otros.
- Personal: una tarea bastante delicada, el seleccionar al equipo de trabajo para la atención de los invitados, hay que cerciorarse de la pericia que poseen y con un alto sentido de dar un excelente servicio.
- Seguimiento: deben existir reuniones para controlar dificultades y evitar caer en un camino crítico.
Un esquema planteado para explicar cómo atacar el hecho de dar respuesta al requerimiento presentado requiere dedicación, pero con esmero, con entusiasmo y ganas de satisfacer a todos los involucrados.
En conclusión, el catering ha dejado de ser un servicio de hacer comidas para ofrecer una asistencia integral a sus clientes, expandiendo la oferta hacia otros elementos y tomando el control de todas las actividades para cumplir con lo exigido, superando las expectativas.