El saqueo del dinero público se hace cada vez con más cinismo por parte de los funcionarios de todos los niveles, sin dejo alguno de vergüenza y a unas escalas que son impensables.
Es clásico que en todos los sectores de servicios públicos la respuesta ante las peticiones ciudadanas siempre sea que “no hay recurso”. ¿Cómo va a haber recurso, si el dinero ya se gastó y ni siquiera nos enteramos?
Más de 5 mil millones de pesos se van cada año en publicidad oficial de los gobiernos estatales. Todos esos comerciales de televisión, radio, anuncios espectaculares, panfletos y demás promoción que hacen las dependencias locales para dar a conocer su trabajo a los ciudadanos, cuestan miles de millones de pesos que no redundan en bienestar ni en desarrollo.
Por una razón muy torcida en los últimos años la mayoría de los estados excedieron los montos permitidos para publicidad, y es que las concesiones para las empresas que hacen ese trabajo son todo un tema.
El hermano, el amigo, el vecino y cualquiera que tenga relación con algún funcionario puede ganar su concesión, a fuerza de un dinero por debajo del agua, para llenarse los bolsillos con el erario.
Manuel Velasco Coello es un experto en publicidad oficial. Sólo durante su primer año como gobernador de Chiapas gastó 10 millones de dólares en comerciales y lonas con su imagen, como para que a nadie se le olvidara su bello y jovial rostro.
Y ya entrados en gastos, otro problema son las campañas electorales. La campaña de un candidato a gobernador puede costar hasta 500 millones de pesos, un monto que excede por mucho lo que permite la ley, pero del cual se benefician partidos, concesionarios, candidatos y uno que otro pasado de listo.
Los estados no crecen, no hay inversión en infraestructura, falta calidad de vida y las necesidades se amontonan, pero los gobernadores acumulan fortunas que no podrán gastar ni a lo largo de una vida llena de lujos.