El hombre ha adaptado muchos de los materiales de la naturaleza para usarlos en sus construcciones, como lo es el caso de la madera, proveniente de los árboles. Sin embargo, ésta es capaz de generar energía al estar sometida a radiantes llamas de fuego, siendo necesario un previo tratamiento ignífugo madera con el fin de evitar los catastróficos estragos que genera un incendio.
Varias de las edificaciones (paredes, vigas, suelos, techos), casas y objetos como mesas y sillas son elaboradas de madera. Esto se debe a su alta resistencia, durabilidad y hermosos acabados que pueden conseguir los expertos trabajadores de este material. A ciencia cierta, la conductividad térmica de este es baja, pero no escapa de verse afectado ante fuertes llamas.
En muchas ocasiones, los incendios no tienen su origen en la madera propiamente, sino por ejemplo por un corto circuito, a partir del cual se propaga el fuego hasta llegar a la misma. En tal sentido, para garantizar que no sea una variable negativa más, a estos accidentes, se han desarrollado técnicas para ser protegidas pasivamente por pinturas o resinas con mayor resistencia a las condiciones antes mencionadas.
Dentro de los productos más demandados están los barnices ignífugos, cuyo fin es evitar que el fuego consuma la madera, es decir, ayuda a que las llamas no se propaguen. Por otro lado, se encuentra la pintura intumescente, la cual crea una espuma al estar sometida a calor, aislando para que el objeto en cuestión no lo absorba. Parte de la eficiencia de estas opciones se debe a la baja conductividad del material.
Aunque aplicar estos químicos parezca sencillo, posee su grado de dificultad. La homogeneidad y el espesor son críticos para que respondan adecuadamente. Por tal razón, existen especialistas en el área, que además de asegurar el trabajo tienen visiones estéticas, que en diversos casos son importantes, primordialmente, si se trata del interiorismo y decoración.
Así mismo, estos expertos hacen una adecuación de la superficie antes de aplicar el producto, de modo que este penetre o se adhiera correctamente para cumplir su función. De allí, que en principio la madera debe estar limpia, libre de relieves.