Escuchar el término hipersexualidad podría provocar una sonrisa si no se supiera que es un problema psicológico con el potencial de afectar seriamente la vida personal y las relaciones sociales y familiares de quien la padece. Razón por la cual un tratamiento de adicción al sexo Madrid procede en estos casos.
El desorden hipersexual es el incremento súbito de la libido unido a una altísima frecuencia de la actividad erótica. Aunque puede aparecer por desordenes médicos, como el trastorno bipolar o a raíz de la ingesta de ciertos medicamentos o drogas, casi siempre es idiopática; es decir, de origen desconocido. Los expertos creen cada vez más en la teoría de que se relaciona con una disfunción bioquímica en el cerebro.
Utilizar el sexo como herramienta de alivio en casos de tensión o angustia se considera normal. El problema se presenta cuando la conducta se vuelve constante y el deseo controla cada pensamiento o acción. El individuo recurre a la masturbación, pornografía o prostitución en forma compulsiva o dispone de varias parejas eróticas a diario o simultáneamente, practica el acoso, exhibicionismo, voyerismo u otros, para disminuir la ansiedad y sentirse mejor.
Cuando la persona lo interioriza, sintiéndose culpable pero incapaz de restringir o frenar un erotismo descontrolado. Esto puede afectarle en diferentes áreas de su vida, tales como:
- Laboral: la situación conduce en ocasiones a pérdida del empleo, especialmente si hay una gran perturbación emocional y mal manejo del estrés.
- Familiar: si se tiene un cónyuge e hijos, estos se verán afectados por este sufrimiento.
- Económico: por desembolso del dinero en prostíbulos, mercancía pornográfica, líneas calientes, etc.
- Social: dificultad en conservar relaciones que no conduzcan al sexo, búsqueda de coito ocasional con desconocidos, mala imagen ante los amigos y otros.
- Sin hablar del hecho de que las probabilidades de contraer una enfermedad de transmisión sexual se multiplican.
De todas las posibles adicciones probablemente esta es la menos estudiada porque las víctimas suelen disimular e intentan mantenerla oculta por todos los medios al alcance. La buena noticia es que existen profesionales de la salud formados en su diagnóstico y corrección a los cuales se puede recurrir con confianza.