Las boquillas industriales son piezas que se emplean con gran eficiencia en diferentes sectores de la economía. Gracias a que existen diferentes modelos, se pueden usar en actividades que ayudan a mejorar la calidad de vida y benefician de forma directa a las personas, por ejemplo, en la agricultura.
Dentro de los distintos procedimientos que se realizan en esta compleja tarea, hay que asegurarse de proteger los cultivos, sobre todo, por la presencia de enfermedades, plagas y malezas. Por esta razón, los expertos en la materia insisten en el riego de productos agroquímicos de manera eficiente.
Por lo general, los problemas que presentan los equipos de pulverización son causante de los altos niveles de pérdida que presenta una empresa dedicada a este sector. Boquillas pulverizadoras malgastadas o dañadas impiden que el producto llegue correctamente sobre la siembra y se dañan.
¿Cómo elegir la boquilla correcta?
Este es uno de los aspectos más difíciles porque la variedad de piezas que hay en el mercado es muy amplia. Sin embargo, estas son las más destacadas:
- Aspersión Cono Vacío: las partículas generadas se logran distribuir de manera uniforme dibujando la superficie de un cono.
- Aspersión Cono Lleno: el interior del cono se constituye por partículas líquidas. El área que cubre la boquilla forma un ángulo de 90 grados, en relación al chorro.
- Aspersión Chorro Plano: el área cubierta forma una elipse alargada y el ancho está en función de la distancia que hay entre la boquilla y la zona que se va a cubrir.
- Atomizadores: el líquido y el aire se mezclan para obtener una partícula muy fina.
Las boquillas tipo cónica suelen utilizarse para fungicidas e insecticidas; mientras que las de tipo abanico se emplean para los herbicidas.
El éxito de este proceso radica en el elección correcta de los equipos que se van a usar, el mantenimiento que se les haga y la colocación puntual de los productos químicos. Con estos pasos, los alimentos llegarán a las manos del hombre en perfecto estado.