Si se le pidiera a un niño que hiciera un dibujo de un coche, probablemente obtendríamos una representación que incluiría cuatro ruedas y puertas, las ventanas, el parabrisas, los faros frontales y el volante. Todo lo que una inspección superficial revela que es esta complicada pero vital maquinaria.
Sin embargo, los componentes de mayor importancia del funcionamiento no resultan tan fáciles de identificar. El más obvio es el motor, que usa una combinación de combustible, una fuente de ignición y oxígeno para causar una serie de pequeñas explosiones que por la forma en que están diseñadas permiten rotar los neumáticos del automóvil.
Este proceso está, por supuesto, asistido por diversos sistemas, entre ellos el de enfriamiento que impide que todas las partes se fundan en una sola pieza metálica debido a las altas temperaturas. Para ello hace pasar agua constantemente en un circuito cerrado. Luego el calor es disipado en el radiador, gracias al ventilador y la brisa desplazada por el movimiento en la vía.
Y muchos otros mecanismos, como el eléctrico que provee la energía para el encendido inicial y la alimentación de los sistemas de iluminación y ventilación. El de la dirección manual o automática que nos permite controlar suavemente una máquina mucho más pesada que nosotros. O un sinfín de diferentes elementos que requieren de profundos estudios si se desea conocer su localización y función.
A la hora de ingresar a una venta de vehículos de ocasión en Barcelona, aunque no se esperan ni exigen conocimientos expertos del tema, hay que saber o llevar a un experto que sepa hacer las preguntas pertinentes, al menos las básicas: ¿Cuánto kilometraje ha recorrido? ¿En qué año fue construido? Y detalles similares, para así tener la plena seguridad que el dinero que se logró ahorrar en la operación no sea inesperadamente reclamado por averías de gravedad.