Existe una gran brecha entre un estudiante regular y aquellos que ya desean especializarse con un postgrado, los estudios avanzados están orientados a un perfil totalmente distinto y por lo general, son personas más adultas, maduras e incluso con años de experiencia en el entorno laboral, siendo así, lo recomendable no es mezclarlos en una sola residencia, sino ofrecerles un espacio exclusivo, pensado para sus propias necesidades, una residencia universitaria para estudiantes de máster, doctorados o investigadores.
Recientes estudios han demostrado que la media de edad de un estudiante de máster es de 31 años y con experiencia laboral, acercándose más al perfil de un profesor que al de un joven recién graduado, quiere decir que su etapa de vida es diferente y su posición les brinda una posición privilegiada en cuanto a residencias se refiere.
A diferencia del nuevo ingreso, los estudiantes senior pueden disfrutar de habitaciones individuales, dobles o dúplex, en un edificio totalmente independiente del resto de alumnos de la institución, con zonas comunes en donde se puede leer, estudiar, y descansar con mayor tranquilidad, la idea es brindar un ambiente en conjunto para mayor comodidad, dentro de su propio campo de estudio.
¿Qué integra un estudio de máster?
Se trata de una formación avanzada o multidisciplinar, en donde se pueden incorporar especializaciones académicas o profesionales, siempre que correspondan a su orientación científica, humanista o tecnológica. De esa manera, se elabora un plan de estudios que deberá ser verificado para que la información quede en el Suplemento Europeo al Título.
La duración para titularse, puede variar según el cronograma de materias y la cantidad de créditos inscritos, lo cual determina el nivel del título alcanzado, para un máster se estiman de 60 a 120, dependiendo de la formación previa.
En fin, es apropiado que este grupo de personas tengan una residencia cónsona con sus objetivos y expectativas.